Me he tomado bastante tiempo para escribir esta segunda parte del perdón (10 meses!), no ha sido a propósito, hacía parte del proceso de sanación que estaba (y estoy) viviendo.
A través de los años pasamos por algunas experiencias dolorosas que nos dejan profundas cicatrices emocionales, y así como a las cicatrices físicas le ponemos un ungüento, el remedio de las emocionales es el perdón.
¿Cuántas cargas y heridas llevamos a cuestas? ¿a cuántas les hemos echado tierra y ocultado en lo más profundo de nuestro ser?.
Estamos viviendo una nueva era, la energía del Universo nos está pidiendo un cambio, cada uno somos parte integral y fundamental del sistema, si yo sano en mi el rencor, la culpa, la ira y otras tantas emociones negativas, sano en los demás los mismos «dolores». El «Ho`oponopono» una terapia de sanación proveniente de Hawai, nos invita a realizar este ejercicio de liberación:
Esta es la oración original de Kahuna Morrnah Simeona precursora de la terapia (tomada de la web http://hoponopono.net):
“Divino Creador, padre, madre, hijo todos como Uno… si yo, mi familia, mis parientes y antepasados te hemos ofendido, a tu familia, parientes y antepasados en pensamientos, palabras, hechos y acciones desde el inicio de nuestra creación hasta el presente, nosotros pedimos tu perdón… humildemente pedimos tu perdón. Deja que esto limpie, purifique, libere, corte todos las memorias, bloqueos, energías y vibraciones negativas, y transmuta estas energías indeseables en pura luz… Así está hecho…”
Lo siento. Perdóname. Te Amo. Gracias
Sin esfuerzo el momento de perdonar a otros (padres, hermanos, amigos, exparejas, jefes, etc.) llegará, seamos humildes, abramos el corazón, liberemos la rabia, la impotencia, los juicios, el rencor… Todas esas experiencias fueron y son necesarias para nuestro crecimiento personal, para el aprendizaje del alma, no vale la pena que nos quedemos atascados en los «¿por qués?» o en los culpables/responsables o en los «si hubiera hecho o dicho o actuado de tal manera», detenernos en el pasado no nos ayudará a vivir el presente ni a construir el futuro que queremos.
Mi invitación es empezar con los padres, los personajes no tuvieron manuales de instrucciones, de cualquier manera hicieron siempre lo mejor de acuerdo con sus creencias y educación, para muchas corrientes espirituales orientales perdonarlos a ellos energéticamente nos lleva a tener relaciones personales armoniosas y nos abre a la prosperidad económica.
Un hermoso ejercicio para sanar relaciones es: durante la meditación (entendida como ese momento en que abandonamos todas las distracciones del entorno, para concentrarnos en nuestro interior, cerramos los ojos, buscamos una posición corporal cómoda, respiramos conscientemente permitiendo que nuestros pensamientos se calmen) visualizar en el centro de nuestro corazón a esa persona que nos afectó negativamente, rodearla de una luz rosada cargada de amor y repetir…
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Es ahora el momento preciso!!! perdonar y seguir en armonia con el universo, es el camino de la verdadera felicidad.Claher