Siendo coherente y consistente con mi filosofía de tratar al paciente/cliente como un ser integral considero que el uso de las esencias florales (específicamente las de Bach) en un proceso de coaching pueden ayudar al paciente a:
- Encontrar las respuestas en su interior
- Alcanzar sus objetivos
- Vivir los procesos de transición conscientemente
- Hallar el propósito de sus vidas
- Romper con esquemas o creencias nocivos
- Mejorar sus relaciones personales
- Auto-conocerse
El aporte de las Flores de Bach está ligado perfectamente a la esencia del coaching, facilitando el proceso del coachee, llevándolo a un cambio más profundo en sus creencias, esquemas y limitaciones; conectándolo con su fuente de sabiduría interna y permitiéndole alcanzar el equilibrio mental y emocional.
Charles Eisenstein dice “El trabajo del coach es darle una voz a la sabiduría del corazón, para que finalmente la cabeza y el corazón puedan alinearse, y nuestras creencias se incorporen, se conviertan en acción sentida por el corazón. Esta es una sanación muy profunda”.[1] En mi opinión el trabajo del coach debe ser vocacional, es tan importante la ayuda que le presta al cliente, que no puede ser tomado a la ligera, más que capacitarse como profesional, tiene que generar desde su interior un compromiso férreo, su acompañamiento en el proceso de crecimiento personal o profesional del cliente es determinante en el éxito del proceso, como dice Eisenstein guiar esa conexión con el corazón, una cirugía de sanación energética.
San Agustín dijo: “Dentro mío hay alguien que es mucho más yo mismo que yo mismo”. Las flores actúan como un coach “virtual” en el encuentro con el Alma o Maestro Interior, el mismo encuentro que el Coaching motiva, así que si los objetivos son los mismos, ¿por qué no apoyarse en las dos herramientas para hacer más “amigable” el camino?.
Las esencias florales no son la solución mágica a nuestras “dolencias físicas, mentales o emocionales”, sólo son una herramienta que nos ayuda durante el proceso de reconocimiento y aceptación del verdadero yo. No se trata de alcanzar la perfección, se trata de vivir intensamente, haciendo presencia en el ahora, aceptando con amor el aprendizaje.
Si mediante el Coaching se busca que el cliente amplie la perspectiva de su situación, las flores de Bach lo ayudaran a tomar decisiones y asimilar los cambios, obteniendo el mejor provecho de ellos.
En ese descubrimiento interior que se realiza durante el proceso de Coaching las esencias florales llevarán al cliente al centramiento de los rasgos más intensos de su personalidad. En equilibrio podrá integrarse armónicamente en la sociedad, el trabajo interior continuará hasta el final de la vida, pero será asumido con No obsesionarse con el destino sino disfrutar el recorrido.
[1] Artículo “Coaching en Transición” por Charles Eisenstein. http://www.newfield.cl/newsletters/Febrero-2011/coaching-en-transicion