¿Por qué nos cuesta SER?

En esta ocasión invité a mi amiga de la infancia, un maravilloso ser humano, una Coach por naturaleza, nació con ese «chip» que la conecta empáticamente con el entorno, es una de esas personas que quieres de inmediato. Carolina, a través de su historia personal nos deja una profunda reflexión acerca del empoderamiento y de vencer el miedo. Caro, gracias por compartirla.

Hace unas semanas mi hija Sofía fue sancionada por el colegio porque usó palabras soeces hacia su profesora de matemáticas por una situación que Sofi juzgó fue injusta. No voy a entrar en detalles acerca de la situación, cito la anécdota porque cuando el Director de formación del colegio donde estudia Sofi me comunicó que sería sancionada con un día de suspensión reflexionando por lo sucedido, entendí porque a muchos de los seres humanos nos cuesta incorporar en nuestras vidas acciones que nos empoderen y nos permitan hacernos cargo de lo que nos pasa.

Hemos vivido una educación que nos lleva a reflexionar sobre el deber ser y no nos enseña a actuar en coherencia con lo que realmente somos. Hoy he recordado tantos momentos en los que he actuado por miedo, miedo al castigo, miedo a que no me quieran, miedo a ser impropia, miedo al qué dirán, MIEDO. ¡Cuanto nos desconecta el miedo de nuestro poder de acción!.

Cuando conversé con el Director de Formación del colegio de Sofi le explicaba que no estaba de acuerdo con la sanción, a mí juicio Sofi no necesitaba un día guardada en la casa. Es una adolescente inteligente y reflexiva, ella ya se había hecho cargo de pedirle disculpas a su profesora y ese día de sanción escribió un texto acerca de lo que significa el respeto por el otro que no le tomó más de 30 minutos y el resto del día lo dedicó a pintarse las uñas, leer revistas, ver televisión, entrar a sus páginas favoritas de internet, en fin todo menos dedicarse a una profunda reflexión para aprender.

Yo le propuse a Sofi que conversara con su profesora, y ella dijo: «¿Para qué? Si ella es la profesora, ¡ella tiene la razón!, ya me dieron un castigo». Cuando se lo dije al Director, el respondió: «¿Le parece que no es suficiente el castigo de un día de sanción?». ¡Por Dios!, pensé: Este hombre de maneras rígidas, que a lo mejor como yo aprendió desde el miedo, jamás comprenderá que lo que necesitamos los seres humanos es desafiar lo que significa aprender, aprender con amor y no con temor.  Le expuse mi punto de vista, le propuse que invitara a Sofía y a su maestra a conversar, lo único que atinó a decir el Director fue: «Me parece interesante su mirada, vamos a considerarla, por ahora la sanción acordada por el Comité de Convivencia  y Formación fue la suspensión».

Mi juicio es que por este tipo de sanciones, que de seguro muchos vivimos en algún momento de la vida con quienes nos educaron, olvidamos el poder que tiene el hacerme cargo y asumir mi equivocación, pedir disculpas, conversar con el otro acerca de los juicios que gatillaron mi actitud, mi rabia, mi resentimiento. Sofía habría aprendido realmente de la situación si lo hubiera conversado con su profesora, si ambas le hubieran dado voz a lo que les pasó, a su rabia, si hubieran analizado acerca de cuál era la responsabilidad de cada una en esta situación, si se hubieran escuchado.

Los seres humanos hemos olvidado escucharnos, no sabemos asumir el conflicto y la mejor manera de hacerlo es evitándolo o enfrentándonos con fuerza y demostrando nuestro poder. Somos hijos de una educación basada en el miedo. Por esto es que en el mundo tenemos tanta división, vivimos en polaridades, somos víctimas y víctimarios, hay tantas guerras y enfrentamientos.

He acompañado como Coach Ontológico a un buen número de seres humanos que están en la búsqueda de encontrar bienestar para sus vidas, que en algún momento olvidaron sus sueños, sus propósitos, sus dones, porque tomaron decisiones al servicio de lo que les exige la sociedad, la familia, el dinero, la supervivencia. Es lo que aprendimos, debemos llegar a ser lo que los modelos nos imponen, hemos aprendido que ser exitosos esta en lo que he logrado construir en el tener y el hacer.

Cuánta frustración y pánico tenemos a perder el mal llamado “éxito”, cuántos dolores tenemos en la humanidad por nuestra incapacidad de desafiar nuestros miedos y relacionarnos de una nueva manera con otros, de hacernos cargo de nuestras conversaciones importantes, para mirarnos y relacionarnos con amor.

Hemos olvidado para que se hicieron las reglas, las reglas y las normas no son otra cosa que acuerdos que establecemos para cuidarnos en comunidad; para algunos, las reglas son una forma de control y el control cuando se vuelve rígido, nos llena de miedos, nos separa de nuestro poder de elección y acción. Las reglas son necesarias y siempre tenemos la posibilidad de reevaluarlas, no son verdades, las verdades siempre serán una paradoja; si en el mundo somos capaces de escuchar que mi verdad es tan válida como la del otro, descubriremos que al final somos tan iguales.

Si somos consecuentes y nos escuchamos, quizás finalmente entendamos que el poder está en SER y no en lo que pretendemos tener, hacer o lo que aprendimos acerca del deber ser.

Es urgente que revisemos la forma como estamos educando a nuestros hijos, la forma como nos estamos relacionando los adultos, que desafiemos las estructuras que hoy hacen infelices a tantos. Comparto con ustedes las preguntas que a mí me han servido y que me acompañan como un mantra son: ¿En esta situación, a qué le estoy teniendo miedo? ¿Por qué no estoy pudiendo SER?

Carolina Guevara Sanabria

Directora ACP Región Caribe

The Newfield Network

Procesos de Aprendizaje PROA

www.newfield.cl

Acerca de coachingconproposito

Economista con experiencia profesional y formación académica en Marketing y Coaching. 24 años ejerciendo como Directora General, de Marketing y Promoción del Talento Digital. Ha liderado con éxito el diseño, articulación y ejecución de proyectos de diversas envergaduras. En los últimos 7 años se ha especializado en el desarrollo de estrategias para el cierre de la brecha de talento digital en la industria tecnológica. Como coach ha acompañado a más de 3.000 jóvenes en sus procesos de inmersión profesional, orientación vocacional y búsqueda del propósito de vida. Orientada al resultado y atraída por el aprendizaje continuo.
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4 respuestas a ¿Por qué nos cuesta SER?

  1. Joan López Casanoves dijo:

    Buenos días, Liliana. Sencillamente sublime. No tengo palabras para definir este texto de Carolina. Si tienes oportunidad, hazle llegar mi opinión como profesor de secundaria con diez años de ejercicio en la espalda. E incluso creo que le gustaría leer el texto que me publicaron en el blog «Educar hoy», «El respeto no se exige… se obtiene». Imagino que recuerdas a qué me refiero. Efectivamente, amigos y amigas de «Coaching con propósito», corroboro y subrayo todos y cada uno de los argumentos de Carolina. La postura del director de esta historia es, lamentablemente, la «normal», quiero decir por genérica, por habitual. ¿Y por qué? Pues porque, como dice Carolina, el docente, como individuo educado previamente en la cultura del miedo y, añado, de la CULPA, experimenta una sensación casi trágica cuando el alumnado cuestiona algo que no tiene por qué haberse ganado previamente, la AUTORIDAD. Y cuidado con esto, porque la autoridad es, en definitiva, el respeto, que, como digo, no se puede exigir, sino que hay que ganárselo. Sí, claro, a ojos del niño o del adolescente, está bien que la figura del adulto, por ella misma, ya inspire un respeto previo, pero como algo que merece cualquier ser humano y, si nos dejamos llevar, cualquier ser vivo. Pero ello no significa que el adulto no esté equivocado, ni que, por experiencia, esté exento de complejos como el miedo o la culpa. Es más, felicito a Carolina por su reacción, actitud y acción de promover el diálogo entre su hija y la profesora. Hizo lo que pudo. Lamentablemente, no consiguió que esa medida, mucho más eficaz sin duda desde mi punto de vista, añadida a la de la disculpa, sustituyera un castigo improductivo. Es una lástima que el sistema todavía continúe impregnado de la cultura del miedo y de la culpa, y que continuemos viendo en aquellos sobre quien ejercemos impunemente la autoridad seres sin opinión válida y potenciales desequilibradores de nuestra estabilidad… aparente y ficticia.

  2. inma corbera dijo:

    Comparto sinceramente todo lo que se dice en el texto. Es totalmente necesaria una revisiónd de los sistemas educativos, introduciendo valores, respeto por las emociones de los demás y aspectos de crecimiento personal. Tanto los educadores (padres y maestros) como los alumnos necesitan de todo este tipo de herramientas y recursos para conocerse mejor y poder transmitir mejor el deseo de aprender los unos y el deseo de vivir con propósito y felicidad, los otros.

  3. Joan López Casanoves dijo:

    Suscribo tus palabras, Inma. Que el sistema te oiga. Saludos.

  4. Angela Peña dijo:

    Me encantó. Aún hay mucho para hacer en este mundo, donde el miedo de maneras a veces supersticias, juega un papel más importante que el amor.

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