La historia de Edurne Pasabán la primera mujer en llegar a la cima de las 14 montañas que superan los ocho mil metros, esta llena de contrastes, por un lado ha tenido la fortaleza (física, mental y emocional, porque en un evento como ese se requieren las tres) para escalar las montañas más altas del mundo, y por el otro, en su vida cotidiana lucha por amarse y confiar en si misma.
Dedicamos nuestra vida a mejorar nuestras capacidades intelectuales y físicas, estudiamos Masters y Postgrados, vamos al gimnasio o practicamos algún deporte, pero el ejercicio más importante de crecimiento espiritual basado en el amor hacia nosotros mismos no lo realizamos. Y esa parte de nosotros que no podemos tocar ni ver, nuestra alma la dejamos a la deriva, perdemos la conexión total con nuestra sabiduría interna, es ahí, cuando nos sentimos vacíos, desolados, cuando podemos tener muchas cosas materiales, reconocimientos, estar rodeados de amigos y familia, pero no lo apreciamos no basta, porque mientras no nos aceptemos y amemos profundamente nada será suficiente.
Así que la invitación es que empecemos a dialogar con ese Maestro Interno, no desde la vanidad sino desde la humildad y la compasión, en la medida que nos re-conozcamos, seremos capaces de apreciar nuestro exterior y amar a los demás.